no terminara nunca
pero por desgracia
la tinta se acaba
también que no lloviera
el día que nos despedimos
paraguas nos avisaban
de que ya no éramos los mismos
dejamos de correr bajo la lluvia
evitábamos pisar los charcos
dimos la espalda al arco iris
y nos absorbió el gris asfalto.
no sé si estábamos matando al amor
o si el amor nos estaba matando
ya no nos fundíamos en un abrazo
porque la llama se había apagado
del jardín de rosas
solo quedaban espinas
y todas las mariposas
se tornaron polillas
desgarrando hasta
el último tejido
llevándose todo
menos tu recuerdo
intento imaginar otra despedida
pero creo que es algo imposible
porque de no ser de ese modo
jamás hubiera querido irme
de querernos como al principio
hubiera muerto por volver
de querernos como al final
acabé volviendo muerto
solo queda el epílogo
de nuestra historia
en el que yo te escribo
y tú no me añoras.
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