sábado, 6 de enero de 2018

Infierno invernal.

Anochezco con el alma sucia,
con uñas entre la roña,
apestando a puta soledad

mi garganta asfaltada
a dos cigarrillos por hora
me impide clamar auxilio

este maldito cenicero
se empieza a convertir
en mi horno crematorio

y a la hora del amanecer
el sol no me abrazará,
solo abrasará más que ayer.


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