Quiéreme
cuando te regalo el cielo;
pero quiéreme
cuando este se me cae encima.
Quiéreme
en la claridad de la noche;
pero quiéreme
en la oscuridad del día.
Quiéreme
con cada una de mis sonrisas;
pero quiéreme
con lágrimas que caen sin avisar.
Quiéreme
más allá de lo ético;
pero quiéreme
con cada uno de mis defectos.
Quiéreme
con todo el tiempo del mundo;
pero quiéreme
cuando solo me queden segundos.
Quiéreme
como nunca has querido a nadie;
pero quiéreme
sabiendo que yo ya amé a alguien.
Quiéreme
como Neruda quiso a la poesía;
pero quiéreme
cuando la mía sea suicida.
Quiéreme
cuando los pájaros trinan;
pero quiéreme
aún más, si dejan de trinar.
Quiéreme
cuando anhelo tu compañía;
pero quiéreme
cuando añoro a la soledad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario