domingo, 13 de noviembre de 2016

Era bonita.

Era bonita,
más incluso 
que el cielo,
y también más
que el mar,
era ese misterio
que se esconde
en el horizonte.

Era bonita,
qué duda cabe;
eclipsaba al sol,
ofendía a la luna,
por no hablar
de su voz
de nanas
de cuna.

Pero se volvió fea,
no por las arrugas,
no digo desnuda,
hablo de su alma
que ya no tiene cura,
impura, no intacta
se volvió adulta
porque el tiempo pasa.

Se volvió fea,
es algo innegable,
ya no amaba
como antes,
se hizo grande,
pero lo que no sabe
es que su corazón
dejó de ser gigante.


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