recorrerá mi cuerpo ansioso
mientras mi interior mustio
se va pudriendo por dentro.
Te irás, y yo con lágrimas
de echarte de menos
me echaré veneno
en el techo que ceno.
Me mareo de dar vueltas
en la cama, buscándote
bajo las sábanas
y solo encontrando dolor.
El pánico abanicó
y todo se lo llevó el viento.
En el centro del atentado
que hizo explotar mi corazón.
Que razón tengo cuando digo
que no encontraré a alguien como yo.
O que mi teléfono no sonará
ni esperando siglos.
Nadie conocerá mi historia
porque no hay memoria para
almacenar tanta histeria
ni tantas heridas sin cicatrizar.
Cuando me despida
y mis cenizas vuelen;
leerás uno de mis poemas
que tal vez debí quemar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario