lunes, 22 de junio de 2015

Dios de la oración.

Algo más que un cuarto
mi templo cuando tiemblo.
El único sitio donde consigo
escribir lo que siento.

Una semana y ya echaba de menos
tener mis dedos ocupados
para poder plasmar
mi mierda en verso.

En el reverso se lee
que el autor no se hace cargo
de los daños que pueda
producir lo que hay dentro.

Pintoresco y sin dibujos
solo textos, pues así disfruto
si me siento contento
al identificarme conmigo mismo.

Frígido; arrecía el rocío
o al menos así lo imagino.
Con el frío mejor inicio
y contrarresto el calor en suspensión.

Alergia al gentío
prefiero mi escritorio.
Salir para inspirarme
y volver a mi territorio.

No diré adiós porque siempre
vuelvo al lugar del crimen.
Estoy presente, podéis llamarme
el dios de la oración.

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