domingo, 28 de junio de 2015

No habrá un mañana.

Algo triste que todo lo bueno
se acabe yendo al traste.
Siempre me necesité
pero nunca estuve presente.

Mirar solo por otros
como no tener ojos.
Arrancarme los míos
para no sentir dolor.

Aislándome de mí
olvidando lo que fui
volviendo a épocas
en la que vomité bilis.

Morir para resucitar
y así viví sin ganas.
No habrá un mañana
si no vuelvo a despertar.

No sé si volveré a hacerlo
el tiempo me demostró
que anhelar tanto es sinónimo
de estar muerto.

No hay comentarios:

Publicar un comentario