martes, 23 de junio de 2015

Días grises me corroen.

Con ganas de no llegar a los veinte,
el presente sabe insípido.
Quisiera saber lo que siente
Benjamin Button.

A ratos niño, otros anciano
me felicito por no perderme
en este laberinto lleno de rosas
con espinas que se me han clavado.

He disparado gritos al cielo
sin esperar una respuesta.
Me basto con melodías de piano.
Salió caro convertir lágrimas en hielo.

Ahora cara a cara en un duelo
que me lleva al suelo
en numerosas ocasiones
pues faltan razones para mantenerme.

Ya no sé si soy yo el inerte
o la gente que pasa de sus errores.
Echar balones fuera
siempre fue de perdedores.

Soy de apagar el fuego
aunque sea con lágrimas.
No me ignores o
me digas que sientes lástima.

Ya lo hago yo viendo
como la tinta se derrama
y el bolígrafo se me clava
mientras fuera llueve.

Fluyen ríos de sangre
quién sabe por qué
quién sabe dónde
páginas arden.

Joven con alma libre,
quizá eso ni existe.
Prisionero en una cárcel
nadie paga mi rescate.

Días grises me corroen,
corren lentos
quiero verlos
cambiar de color.

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