lunes, 29 de junio de 2015

Si algún día te vas.

Grabaré tu voz
diciéndome que me quieres
por si un día dejas de hacerlo.
Te pediré que me hagas daño
por si un día dejo de sentir dolor.
Recordaré tus ojos a cada momento
para no olvidarme de ellos.
Pegaré mis billetes en la pared
por si no vuelvo a ir a verte.
Imaginaré que sigues aquí
dándome lo mejor de ti.
Te haré escribir una carta
que ponga lo que sientes por mí.
Te abrazaré pese a que me odies
sin escuchar lo que dices.
Prometeré no olvidarte
aunque ni queriendo lo haría.
Si algún día te vas
tengo que estar preparado
para saber que no haré esto
nunca más.

Palabras ahogadas.

Volviendo a perder la magia
sin cartas que barajar
no sacaré de la manga
algo que me vaya a aliviar.

Hoy usaría el truco de desaparecer
y no volver hasta que no cese
mi pesar o vuelva a ver
un amanecer al despertar.

Me pregunto qué tal estarás
si darás vueltas en la cama.
Abordaré esta si no
decides tirarme por la borda.

Mis palabras se ahogan
en un vaso de agua.
Naufragan en islas desiertas
llenas de botellas de cristal.

Esas con mensaje que surcaban
el Mediterráneo hasta llegar a tu orilla
y que cansadas de esperar a ser abiertas
fueron hogar para mis lágrimas.

A solas, a tientas; cuento cientas
que decidió escupir el mar.
Tal y como vienen las olas, se van;
de qué sirve tener a alguien, si luego no está.

domingo, 28 de junio de 2015

Cuando me despida.

Me olvidarás, y un escalofrío
recorrerá mi cuerpo ansioso
mientras mi interior mustio
se va pudriendo por dentro.

Te irás, y yo con lágrimas
de echarte de menos
me echaré veneno
en el techo que ceno.

Me mareo de dar vueltas
en la cama, buscándote
bajo las sábanas
y solo encontrando dolor.

El pánico abanicó
y todo se lo llevó el viento.
En el centro del atentado
que hizo explotar mi corazón.

Que razón tengo cuando digo
que no encontraré a alguien como yo.
O que mi teléfono no sonará
ni esperando siglos.

Nadie conocerá mi historia
porque no hay memoria para
almacenar tanta histeria
ni tantas heridas sin cicatrizar.

Cuando me despida
y mis cenizas vuelen;
leerás uno de mis poemas
que tal vez debí quemar.

No habrá un mañana.

Algo triste que todo lo bueno
se acabe yendo al traste.
Siempre me necesité
pero nunca estuve presente.

Mirar solo por otros
como no tener ojos.
Arrancarme los míos
para no sentir dolor.

Aislándome de mí
olvidando lo que fui
volviendo a épocas
en la que vomité bilis.

Morir para resucitar
y así viví sin ganas.
No habrá un mañana
si no vuelvo a despertar.

No sé si volveré a hacerlo
el tiempo me demostró
que anhelar tanto es sinónimo
de estar muerto.

sábado, 27 de junio de 2015

Hora de matar al tiempo.

No desnudaré a la duda
y esta seguirá estrangulándome.
Pues no duele el golpe
sino caer.

A no ser que sea en tus brazos
no miraré abajo
no vaya a ser
que me mate el vértigo.

Recordaré vestigios si acaso
porque es corto el espacio
y tan largo el silencio
que tengo miedo.

Marcaron las agujas 
del reloj
que es hora
de matar al tiempo.

De un disparo
caen en el suelo
manijas rotas porque
el tiempo lo manejo yo.

jueves, 25 de junio de 2015

No quise despedidas.

Salgo a la calle para huir del gentío.
Es irónico porque son cuerpos vacíos.
Mi cabeza da vueltas a cuántos se fueron
y cuáles se guiaron por mal camino.

Me redimiría olvidarlos, pero no puedo.
Cuánto hará que no me nombran
o que no ven un mensaje mío.
Algunos de patio de colegio.

Hubiera parado el tiempo
en más de una ocasión.
Odio el puto ciclo al
que me someto.

El tiempo vuela
y a alguno hace olvidar
las calles que recorrimos
repletos de felicidad.

Ahora las moscas
acuden a la mierda
perdí las riendas
y no quise despedidas.

Algunos solo me recordarían
si saliera en algún programa basura
pues no verán una noticia
que diga que me lancé desde las alturas.

A veces pienso que si
el tiempo todo lo cura
que os haga la maleta
y os traiga de vuelta.

Aunque nada sería igual
las cosas suelen cambiar a mal
y total, todo esto
siempre acaba en final.

martes, 23 de junio de 2015

Días grises me corroen.

Con ganas de no llegar a los veinte,
el presente sabe insípido.
Quisiera saber lo que siente
Benjamin Button.

A ratos niño, otros anciano
me felicito por no perderme
en este laberinto lleno de rosas
con espinas que se me han clavado.

He disparado gritos al cielo
sin esperar una respuesta.
Me basto con melodías de piano.
Salió caro convertir lágrimas en hielo.

Ahora cara a cara en un duelo
que me lleva al suelo
en numerosas ocasiones
pues faltan razones para mantenerme.

Ya no sé si soy yo el inerte
o la gente que pasa de sus errores.
Echar balones fuera
siempre fue de perdedores.

Soy de apagar el fuego
aunque sea con lágrimas.
No me ignores o
me digas que sientes lástima.

Ya lo hago yo viendo
como la tinta se derrama
y el bolígrafo se me clava
mientras fuera llueve.

Fluyen ríos de sangre
quién sabe por qué
quién sabe dónde
páginas arden.

Joven con alma libre,
quizá eso ni existe.
Prisionero en una cárcel
nadie paga mi rescate.

Días grises me corroen,
corren lentos
quiero verlos
cambiar de color.

Acabaremos allí.

No es de tontos apartar a cientos
que no aportan nada
si eres listo para quedarte con una
que estará en las malas.

Muchos quisieron demostrarlo
y se quedaron en una semana.
Tantos astros que se reúnen
para al final solo quedarte con la luna.

Destellas en la bruma
te sumas a mi tristeza
sin queja alguna
aúnas fuerzas
aun estando en ruinas.

Maniático de maniatar
tus manos a las mías.
No hace mucho
las tenía vacías.

A años luz de la galaxia
donde ansiamos descansar
acabaremos allí 
de una forma u otra.

Rotas están las notas
que no te pude recitar.
Explotará mi aorta
si te vas.

Y ahora, como tantas gotas
que aún están por caer
secaré las lágrimas
pero no con papel.

lunes, 22 de junio de 2015

Dios de la oración.

Algo más que un cuarto
mi templo cuando tiemblo.
El único sitio donde consigo
escribir lo que siento.

Una semana y ya echaba de menos
tener mis dedos ocupados
para poder plasmar
mi mierda en verso.

En el reverso se lee
que el autor no se hace cargo
de los daños que pueda
producir lo que hay dentro.

Pintoresco y sin dibujos
solo textos, pues así disfruto
si me siento contento
al identificarme conmigo mismo.

Frígido; arrecía el rocío
o al menos así lo imagino.
Con el frío mejor inicio
y contrarresto el calor en suspensión.

Alergia al gentío
prefiero mi escritorio.
Salir para inspirarme
y volver a mi territorio.

No diré adiós porque siempre
vuelvo al lugar del crimen.
Estoy presente, podéis llamarme
el dios de la oración.

domingo, 21 de junio de 2015

Volveré pronto.

Ya sin miedo, escribo
lo que ayer era privado.
Como que recuerdo
lo que otros han olvidado.
O como que todos se fueron
pero aprendí a vivir solo.
Que echar polvos era mejor
si yo fuera ellos,
pues estaría muerto.
No me importa estarlo,
si en un cielo paralelo
te sigo viendo.
Pocos leerán mis textos,
por eso mi testamento
no lo heredará el estado,
pues no querrán mis escritos.
Dándole otros significados al asunto,
el difunto escupe restos
que tantos han callado.
Escribo lo puro,
lo que sale de dentro.
Si salto por el balcón
es para caer en tus brazos.
Guárdame este refugio,
volveré pronto.

viernes, 12 de junio de 2015

Encontraré mi lugar.

Un día pondré ganas y nada podrá pararme.
La más remota de las galaxias temblará
y se pondrán a mis pies los mayores dioses.
Seré la estrella que ilumina mi camino
y no caeré en el consuelo, sino que creeré
en la fuerza que me lleve a lo más alto.
Que no es más que la felicidad absoluta
y aunque no la goce plenamente,
sabré que el mundo sigue girando
y no está estancado, que escribiré 
y no será solo por desahogo.
Ansío ese momento.
Se helará parte del mar
porque mis diluvios de llanto
no caerán en las redes del tormento.
Encontraré mi lugar,
en un futuro próximo
en otra galaxia
o en lo más profundo
del universo.

La imaginación voló.

Demasiados borradores últimamente,
y mi mente escondida en no sé dónde.
La imaginación voló, pero no para quedarse.
Me iré con ella, si consigo encontrarme.
O quizá si encuentro a alguien que me lleve.
Pero seguro que no será este jueves.
Llamé a una nube, pero solo cae nieve.
Cambio mi estado de leve a grave.
Acabo jugando sucio, aquí todo vale.
Perdí oportunidades que no van a volver.
Fallando en la primera fase,
como si de un mediocre me tratase.
No superé el examen,
y no hay más recuperaciones.
''Que pase el siguiente'', dicen.
No hay lugar para personas tristes,
solo para felices sin deslices.
Mi sangre desciende
mientras yo a contracorriente
intento evitar mi muerte,
Tal vez acabe siendo uno
más que se pudre.
Y mis cenizas vayan
a parar a cualquier valle.
O a una playa, pero
donde siempre quise
que estuviesen.

miércoles, 10 de junio de 2015

Puedo rimar como Bécquer.

Con ganas de volver a ser
parte de lo que era antes.
Con sueños por delante
y pesadillas ausentes.

Si muerte rima con verte,
prefiero que me maten,
Cuento con la suerte
de contar contigo siempre.

Tantos que se fueron
parecieron autogoles.
Dónde encontrarán a
alguien que nunca les falle.

Que les follen,
soy de dar oportunidades,
pero no de dar la mano
si no conocen mi nombre.

Bueno, pero astuto,
como el Lázaro de Tormes.
Se avecina tormenta,
y prefiero mojarme.

Las malas situaciones
me volvieron triste,
pero también indomable.

Para qué echarme un cable,
si vas a electrocutarme.
Tranquilo, soy de cobre,
no lograrás herirme.

Puedo rimar como Bécquer;
poesía eres tú,
por tanto vivirás por siempre.

Sigo esperando.

Reacio a que me resten espacio,
no quiero a nadie en mi círculo.
El vínculo que sea estrecho.
Demasiados interesados he visto;
que nos separe un interludio.
Lo mismo que nos unió
destruyó lo nuestro.
Muestro lo mínimo,
para que no me expriman
como a un cítrico.
Critico a quienes meten
las narices donde no les llaman,
y solo me calma que cierren el pico.
Me aplico una regla simple;
respeta a quien te respete,
y así siempre.
Falsificar sonrisas ya es típico,
así que si me ves, sabes que finjo.
De felicidad famélico,
de llorar fatídico.
Calmar las penas 
escribiendo periódico.
Dónde coloco mis lágrimas
si ya no queda hueco.
Me equivoco si pienso
que alguien me ofrecerá su hombro;
como que los ricos acabarán
con el hambre en el mundo.
Nefasto tener que plasmarlo
con un lápiz y un folio,
dolería menos pintar
un óleo con mi sangre.
Me faltaría para poner el nombre
de todos los que odio.
Loco como un soliloquio
en medio del metro.
Ojalá regresaran los días de colegio,
y la aridez volviera a mis párpados;
hoy empapados, por sabe quien
cuántos atropellos.
De ellos salió mi ira,
acabaron con mi caballería.
Quizá en un futuro me ría 
pensándolo, mientras tanto,
sigo esperando.

viernes, 5 de junio de 2015

Por ahí.

Sin tiempo para contar todos
mis problemas en una hora de terapia.
Con los ojos mirando hacia ninguna parte,
y con la mente en Marte.

Con ganas de tirarme del Golden Gate
con piedras atadas a los pies.
Y no saber nada de esta pantomima;
ningún prisma lo imagina.

Un mundo absurdo, burdo,
donde para ser feliz es tarde.
O no se es, ya que todos lo impiden.
Ya solo pido marcharme.

Donde sea, pero lejos de aquí.
Me acechan viejas pesadillas,
y agacho la cabeza a ver si
tengo suerte y no me pillan.

Tal y como sale escribo;
respirar se hizo excesivo.
Y no queda ni un rincón
del que respirar aire puro.

Apuré mis últimas fuerzas
para quedar como un puré de verduras.
Triturado y hecho trizas,
por ahí andarán mis cenizas.

miércoles, 3 de junio de 2015

730.

Habiendo superado los kilómetros en número,
y con todo el tiempo del mundo para recuperar lo perdido.
Los días han sido tachados por tinta ensangrentada,
y por un arsenal lleno de utopías y palabras.

''Irremplazable'' utilizaría para definirte,
o como la persona que transformó mis días grises,
para convertir a cada uno en una efeméride.
Construyendo de un papel una pirámide.

Mediré mis palabras para hablar de ti,
y te describiré como nunca escribí.
Ahí, donde caí, tus brazos, mi hobby.
Sexy, alcanzando yo el frenesí.

Vi, vis a vis, a tu voz hablarme suave,
y logró subirme a una nube,
de la que desearía no bajarme,
y bajar mis humos con aires de desdén.

Desde el cielo vemos a Dios abajo,
pena que lo nuestro con él no cuajó.
El mejor atajo se apellida ''tus labios'',
y necesito ese camino a diario.

Con cambios como el cosmos,
cómo coño echar el freno si no llevo casco.
Combustible de repuesto, el camino será largo;
quién sabe si eterno.

Poemarios de Rubén Darío a un lado,
ahora yo soy quien los escribo.
Aunque no descarto enviarle una carta
para que opine sobre el mío.

Rememorando poemas de mis principios,
que me han ayudado a alejarme del precipicio.
Yo que suelo propiciar mi suicidio,
y ahora solo escribo lo que vivo.

Tu mano en ese acantilado al vacío,
escalofríos recorren mi cuerpo
con solo evocarlo.
Te debo una, recuérdalo.

Poco cuerdo, pero con los pies en el suelo,
pese a tener pájaros en la cabeza;
porque me llevas a un cielo
donde no existe lo malo.

El espacio se nos queda pequeño,
algo grande estamos haciendo.
Conviertes pesadillas en sueños,
cuánto tiempo andé perdido.

En tus pupilas encontré mi sitio,
me exilio del martirio en estas,
y resto delirios a mis noches ácidas,
trayendo calma a la tormenta.

Miento, si digo que no te querré
mientras respire, o que no te escribiré
un poema al que no pondré tu nombre,
mas es un problema olvidarte.

No me quiero dar de bruces,
prefiero abrazos, que enciendan
mis luces apagadas, o lazos que
me unan a ti en esta madrugada.

Hace tiempo que tiento al futuro,
pero solo lo imagino contigo.
Me da igual que acabemos en el infierno
si estamos juntos.

Ya no me pregunto que será de mí,
la tesis es fácil; yo el sediento,
tú mi oasis. Pueden llamarme cursi,
les daré un curso sobre escribir.

Va y viene, el vaivén del tren,
que me lleva a verte y también a despedirme.
Que crimen, no son las cosas así en el cine.
Pero es arte el luchar por lo que quieres.

Adiós a los príncipes de Disney,
saluda a las historias reales.
Vayámonos a Sidney, 
o a alguna ciudad sin ley.

Vendí mi alma al diablo,
y dialogué para hacer un pacto,
que ahora aborto, porque perdí
su respeto al decirme que no existe un Dios.

Me retracto, eres el retrato
que ni Dalí hubiese imaginado.
Reclamo para el clamor
de decirte que te echo de menos.

Menos cuando estoy contigo,
que siento mariposas en el estómago,
donde solo habitaban gusanos.
Solo decirte esto.

Que te necesito,
y que 730 días
no son nada,
si nado a tu lado.

lunes, 1 de junio de 2015

Medio camino.

Hasta altas horas de la noche,
donde solo quedan poetas.
O maletas que están haciéndose,
por una discusión donde
uno decide marcharse.

No hay trenes a estas horas,
y quisiera que me llevasen
donde los colores que tiñen
el cielo no sean solo grises.

El minutero corre deprisa
porque la vida es una cuenta atrás,
y aprendes a vivir cuando 
tienes 70 años o más.

Mi reloj se volvió loco,
porque ya pasé casi todo
sin llegar a la veintena;
y ser loco de cordura
será mi condena.

Respiro aire contaminado
en una atmósfera llena
de dunas de arena,
donde no hay oasis
para reponer fuerzas.

Es triste hablar solo de penas,
pero más triste es que sea yo
el único que evoluciona.
Aún quedan años para encontrar
personas con mis mismas dudas.

El tren solo es un medio,
la otra mitad de camino es a pie.
Pues para avanzar hay que tropezar,
y ya me rompí los huesos mil veces.

Así que si buscas consuelo
no reces; busca metas imposibles;
supera baches que te impidan
conseguir lo que te propones.