viernes, 27 de marzo de 2015

Madre mía.

Madre mía la manía de recordar
tus manos a la luz de un flexo.
Y es eso, o pensar en el brillo de tus ojos,
cosa que se me antoja a cada momento.
O tus besos, con efecto analgésico,
los cuales también anhelo.
Y el olor de tu pelo, siempre fresco
como la menta que alimenta mi olfato.
Fuegos fatuos bailan sobre pantanos,
mientras grito y resuenan mis tímpanos;
todo esto por volver a vernos.
Y es que es tan corto el tiempo,
pero tan largo sin ti,
que no entiendo nada,
solo que te necesito aquí.
Madre mía, cuando escribo tan rápido,
parece que la tinta se ha derramado,
pero solo fluye en forma de palabras,
por lo que siento sin tenerte a mi lado.

lunes, 23 de marzo de 2015

.

Seré el más pesado hablando de pasado,
pero la melancolía me tiene atado.
No sé si es bueno o malo,
pero nadie me entiende,
y yo no sé mostrarlo.
Ni siquiera escribiendo,
mi máxima forma de expresión.
Prisión de mil cadenas,
no tiene llave mi psicólogo.
Es domingo, todos duermen, yo me ahogo.
Quiero parar el crono, pero no puedo.
Todo ayer fue más bonito.
Tengo miedo, y estoy solo en esto,
se refleja en cada uno de mis textos.
Me estoy descomponiendo como
una canción de Frank Sinatra,
dándole a rebobinar.
Puta mente enferma, soy consciente,
pero no lo suficientemente fuerte
para volver a equilibrarme.


jueves, 19 de marzo de 2015

Amor y odio.

Cristales empapados por el vaho,
que sale por los labios de quien
intenta verse reflejado.
Solo ve la lluvia caer,
quizá no tiene alma,
o se ha ido para siempre.
Ha muerto su líbido,
y olvidó cómo hacer
el amor al recuerdo.
No vuelven esos momentos
felices de hace cinco años.
Entre multitud de extraños,
que hacen el vacío, vive.
Con intención de irse,
ni él sabe dónde.
Se refugia en su escondite,
único sitio habitable, su mente.
Se repite, que ahí es libre.
Lo que no sabe, es que se hunde.
Solo mugre; ya no habla con su madre.
Evadirse, solo con música triste,
sacia más la sed, que contar penas
a multitudes invisibles.
Trasfondo poco, pues ya se ve
que ha tocado fondo.
Quisiera tener un arma para desenfundarla,
y fundirse los sesos con ese fusil.
Símil entre amor y odio,
a esa mente incansable,
que cierra puertas por abrir,
y tira las llaves.

sábado, 14 de marzo de 2015

Sigues entre nosotros.

Cada vez más triste,
hasta que tu luz se ha apagado,
pero no nos confundamos,
seguirás brillando allí arriba.
Siempre sufriendo en silencio,
la sentencia no es justa,
y ni siquiera, reclamar puedo.
Te ruego, que si lees esto,
tras no haberme podido despedir,
sepas que te echo de menos.
Siempre por delante, 
valiente y fuerte como nadie,
aunque ya no estés,
en la puerta esperas.
No habría otra manera,
de superar tu ausencia,
que imaginar cómo
sigues aquí dando guerra.
El ciclo de la vida,
es una continua 
sucesión de caídas,
pero al menos tú lamías mis heridas.

Me encanta el cielo,
y ahora más,
ya sabes por qué.
Sabía que apuntabas alto,
pero no quería que te fueras,
aun así, apuraste tus últimas fuerzas.
Te escribo desde la tristeza, y es que
hacía mucho que no lloraba escribiendo,
he de admitirlo, pero es difícil
perder a un ser querido.
Ahora estás de camino,
pasito a pasito,
hacia el cielo infinito.
Te deseo lo mejor,
y nos vemos pronto,
aunque sigues entre nosotros, Tysson.

domingo, 8 de marzo de 2015

Entradas.

La mejor entrada de mi vida,
no es ningún escrito,
es la mía en tu camino.
Es encontrar tu mano,
antes de caer al vacío.
No me precipito a este,
pero sí a decirte que fuiste
y eres, lo más importante.
Es como si mi querido papel,
hubiera adquirido forma de mujer.
La avenida del dolor no se esfumó,
pero eres el mejor analgésico,
y el sendero es más ameno.
Por ahora soy el telonero de este teatro,
pero algún día seré Romeo.
Aprovechando mi tiempo entre versos,
te recito poemas que no lees de nuevo,
muevo ficha y te como, así va el juego.
El desenlace de este cuento es incierto,
lo único que sé es que intentaré que sea eterno.


Noches.

Llevadme lejos, donde las luces
que brillen sean solo estrellas,
y no farolas que se apagan
con el paso de las horas.
Nunca serán más que la luna,
aunque se vistan de gala.
La luna no defrauda,
siempre sorprende,
incluso cuando se esconde
tras un eclipse.
A veces me siento como
un ser insignificante,
entre tanto astro enorme.
Lástima que todo esto
esté rodeado de gente.
Personas que no valoran
vuestro arte, y no merecen
veros cada noche.
No duermo porque
en mis sueños no hay luces
que me alumbren.
Cuervos surgen de las sombras,
y me nombran en idiomas
que desconozco.
Por eso me acompaña el insomnio,
y no duermo,
se refleja en mis ojos.

Fueron felicidad.

No dejaría de escribir
si por mí fuera.
Si el tiempo me sobrara.
Si las palabras fuesen eternas.
Pero al final todo cambia.
Y lo que ayer era magia,
hoy son falsas ilusiones.
Desespera saber que,
el esfuerzo es en vano.
Que das la mano,
te arrancan el brazo,
y te hacen pedazos.
Destrozar viejos recuerdos,
hará evocar menos,
o tal vez no.
Aunque no quiero deshacerme,
de lo que un día me dio vida,
pues estos escritos,
fueron un día felicidad.

sábado, 7 de marzo de 2015

Ilusiones inexistentes.

Si me tengo que callar lo peor,
hoy lo suelto todo.
Es rencor, es rabia, es dolor,
es el silencio reprimiendo mi interior.
Es la infancia que voló,
y hoy echo de menos.
Y hecho de veneno están
esos usurpadores de tesoros;
hecho de cenizas me siento yo,
con esta soledad sumisa,
que no se va ni aunque la pise.
Como una sombra al atardecer
de un verano caluroso,
poso mis pies sobre ella,
y pasa que no puedo pisarla,
pues huye, pero no se va;
y si me voy yo, me persigue.
Es triste, pero a la vez bonito,
que algo te siga, aun sin tener nada.
Contarle al viento palabras,
que ella no comprende,
por ser compañera inerte,
aunque mejor eso a tener
a alguien que llene de
ilusiones inexistentes.
Pero, este pirata aún tiene
mucha guerra que dar,
pues en este mar,
no quedan islas para naufragar.

miércoles, 4 de marzo de 2015

No volverá.

Mi felicidad de niño reside en un nicho,
y hace mucho que no la visito.
La echo de menos, es cierto,
pero desenterrarla sería inútil,
pues existió pero ya muerta,
queda expuesta para siempre 
solo como un recuerdo.
Ya son diecinueve,
y me alejo más,
y me siento peor,
y quiero matar al tiempo,
o tener un reloj,
para manejarlo a mi antojo.
Aún no me lo creo,
pues meses parecen días,
y días, parecen segundos.
El mundo ya no es lo que era,
las aceras no protegen,
te mienten,
corre por la carretera.
Salta semáforos y sonríe
creyendo ser malo,
pues ahí está la esencia 
de lo que los años asesinaron.
Aprende que no volverá esa 
ilusión por mucho que lo desees.
Esa ''primera vez'' de mil cosas 
que ya probaste.