Fríamente.

Si lo pienso fríamente

echo de menos tu calor.

Ínfima posibilidad.

Amar en silencio,

requebrar a la nada,

de ti me separa

este infierno y un mundo

si en el cielo te hallas.

Tus manos de nube

acariciando aviones,

tu pelo camuflado

en amaneceres azules.

Están tan distantes

nuestras almas,

siendo la tuya diamante

y la mía sin valer nada;

humeante entre brasas

y lejos de cualquier mar,

qué odisea llegar a tu lugar

atrapado en esta jaula.

Solo nos cruzaría la desgracia

o en su lugar mi insistencia,

que agacharas la cabeza

y encontraras mi mirada,

ya que es arduo 

construir una escalera

de infinitos peldaños

o narrarte mis poemas

desde tan abajo.

Haces sombra al sol

y yo soy trasnochador,

he aquí mi única ventaja

que todos descansan

y yo busco tu voz.

Es posible que exista

lo imposible, pero

la ínfima posibilidad

hace que resista.

Aquí te dejo escrita

mi carta de libertad

y mi futura visita.

Presente.

En el pasado tenía claro

que el futuro sería oscuro

los errores se pagan caros

y yo jamás tuve un duro

hoy el reloj me ha mirado

con su minutero puntiagudo

las diez y diez ha marcado

así como con gesto ceñudo

el presente es tal vez escaso
y hasta digo que incluso
dura menos que un paso

el presente es un segundo
el futuro se va volando
y el pasado es profundo.

Siembra.

Una persona me dijo

que tenía el corazón

más grande que jamás

había conocido,

pero no mencionó

que quien siembra

el mayor amor

recoge el doble

de dolor;

condenado cultivo

por qué tu barbecho

ha de ser recuerdo

y no olvido.

No lo entenderían.

Qué poca importancia

le doy ya a ser leído

¿pero quién entendería

todo lo que escribo?

no lo entenderían aquellos

que hablan de aficiones

esto va mucho más allá

y no suelo dar explicaciones

haciendo una excepción

quiero recalcar el hecho

de que esto no es una afición

sino lo que leo en mi techo

todos conocen la madrugada

es decir, como concepto

para mí noches en vela son veladas

con la luna en secreto

no lo entenderían aquellos

que no conocen la oscuridad

prefiero la ilusión de un destello

a vivir ciego en la claridad

si alguien me llega a preguntar
por qué motivo escribo
no me queda otra que contestar
con un simple suspiro.

Vivo.

Puede que me odie tanto

como para no darme

el placer de acabar con todo

la pistola está descargada

y no existe soga que estrangule

todas las palabras que guardo

aún en mi garganta

qué mal se me da matar

mas qué bien sé morir

a veces solo bastó un silencio

para acabar conmigo

no sé si es excusa o castigo

pero que ahora me odie

me mantiene vivo.

Kamikaze.

No ir por el camino fácil

supone agarrarse fuerte

en cada una de las curvas

yo solo soy un kamikaze

que para a repostar

fumando un cigarrillo

en cualquier gasolinera

la muerte viene a buscarme

pero estoy invicto

en las carreras ilegales

tengo una vida de ventaja

y una sonrisa reservada

para quien me acompañe

en mi viaje hacia la nada.

Autodestrucción.

En esta etapa de autodestrucción

a casi todo le esbozo una sonrisa

hoy solo soy un aliado del dolor

que saborea lágrimas insípidas

la vida es un absoluto sarcasmo

y la felicidad la mayor quimera

pero este caos tiene su encanto

y la tristeza siempre me espera

enamórame hasta que sangre

y todo mi cielo se tiña de rojo

clávame tus dedos como sables

que no temo al fin del cosmos

no todos saben apreciar el lujo

de hallar belleza en la tristeza

y hay quien reconstruye el muro

sin gozar el paisaje de fuera

bailo al borde de la muerte

sobre una finísima cuerda

me recuerda que soy fuerte

aunque carezca de fuerza

lluvia ácida quema mi piel

y ando con los pies descalzos

dejando huella en cada papel

jamás censuraré mis fracasos

cafeína y humo forman parte

de cada uno de mis desayunos

no he puesto fecha a mi rescate

así que con soledad me perfumo

mi proyecto existencial reside

muy lejos de esto que escribo

aquí solo está vivo el que vive

no el que respira sin motivo

Soplo del viento.

Me gusta cumplir años en invierno

serán ya veintiuno en febrero

y es agradable que el soplo del viento

apague por mí las velas de fuego

porque tomo asiento sin aliento

pensando en cómo arde el tiempo.

Rascacielos.

Nuestro amor siempre será un casi

como las nubes para un rascacielos.

Sutura.

El hospital huele a muerte

y las ambulancias son a veces

coches fúnebres con sirena;

hay sangre en esta carretera

alguien necesita anestesia

a otros les sobran vendas

esto no es ninguna emergencia

es solo el paso de una vida

ningún dios dictará sentencia

ni tampoco curará la herida;

la terapia es la paciencia

pero el impaciente la olvida

para los frágiles hay sillas

para los débiles camillas

para los mártires pastillas

no me cosas con agujas

el dolor está por dentro

solo versos son sutura

y es caro su tratamiento

una enfermera será mi musa

una pluma el instrumental médico

llena mi gotero de tinta como cura

o para que al menos mi deceso

se convierta en algo hipotético.

Girasoles.

Seré claro:

si la sociedad estuviera

habitada por girasoles

yo seguiría a la luna.

Dimensión.

Con lo grande que es el mundo

y no hay lugar para nosotros dos.

Espera.

Qué desgarradora la espera

que me llena de desesperanza,

qué inesperada la tendencia

de esperarte a la desesperada.

Maldito.

Yo solo quise escribirte

los versos más bonitos;

por desgracia los tristes

me hicieron poeta maldito.

Sentir.

Si este vacío resulta no ser pasajero,

pido por favor que acaben conmigo.

La alexitimia ya se encarga del resto,

mi nombre tiene proceso evolutivo.

Los gusanos andan hambrientos

mas yo no encuentro sus agujeros.

En esta carrera pierdo el tiempo,

la liebre tampoco ganó en el cuento.

He perdido todos mis sentimientos

y tengo más de cien folios en blanco.

Me he mentido a mí mismo queriendo,

intentando volver sin ningún resultado.

El pasado me ha marcado demasiado,

el futuro me parece un tanto incierto,

y el presente lo encuentro ahogado

en lagos ocupados por cemento.

Hoy escribo sin sentir ningún dolor

y solo solicito un pequeño cambio,

aunque conlleve pasmo o ardor,

aunque el amor vuelva despacio.

Me gustaría sentir de nuevo;

tener pesadillas, tener sueños,

reír, llorar y echar de menos,

ver el cielo y también el infierno.

Tu última carta.

He encontrado todas tus cartas
y con afán las he ordenado;
si supieras de la belleza de tu letra,
si aún me escribieras a diario,
te dedicaría más que poemas tristes,
me dedicaría a escribirte pasión,
te entregaría las manijas de mi reloj.

He leído tus novelas a oscuras
al encender las velas del recuerdo,
y he recitado esa literatura
tal y como lee en braille un ciego;
he escuchado tu voz en el eco,
te he visto en la penumbra
y el aire me ha dado un beso.

Diré que te echo de menos
por si no es casualidad,
mas no te añoro solo en enero,
te añoraría en el más allá;
solo tú posees mi corazón entero
o al menos la magia del tiempo
para volver atrás.

Desde tu última carta
nadie me ha escrito ninguna,
mi mala escritura relata
lo mucho que envidia a la tuya
porque ninguna mejor retrata
lo que los lobos aúllan
cuando de amor se trata.

Remembranza

Este poema se lo dedico
a todo aquel que me abandonó;
a mi padre, a varios amigos,
a la persona que me quiso y al sol,
al sueño, sonrisa e inocencia,
a mi aspiración a un mundo mejor,
a mi inspiración de crear alegría,
con amalgamas de humor y amor.

Vago por calles que recorrimos,
e imagino las ciudades
donde ya no somos los mismos,
aquellas ciudades distantes
que ya ni siquiera piso,
porque no me espera el antes,
si acaso algunos desconocidos
que a quienes quise son semejantes.

Me han lanzado al vacío,
a manos de la nada
solo ocupada por soledad y frío,
una me frena, otra me agarra.
Este dolor no debería ser mío,
yo jamás empleé mis espadas;
amor y amistad solo son amoríos,
y como tales siempre se acaban.

Pido que me recuerden si es posible
aunque no me hablen o no me llamen,
aunque me consideren invisible,
aunque ni mucho menos me amen.
La remembranza es intangible,
la despedida demasiado infame
y hago que este llanto incontenible
en forma de nostalgia se derrame.

Indiferencia.

Mi indiferencia hacia a ti

reside en la compensación

de haberme convertido

en la persona más feliz

pero también la más triste

que jamás he conocido.

Mi hogar.

La calle es mi hogar

y volver al piso

solo es salir;

la calle es mi hogar

ocupada por refugios

donde poder dormir;

la calle es mi hogar

y hace menguar el valor

de rascacielos y mansiones;

hogar de día y de noche

en las cuatro estaciones.

La calle siempre tiene salidas,

encendida o a oscuras,

bajo el sol o la luna.