domingo, 26 de abril de 2015

Aquí, sin ti.

Cicatrizando heridas,
en esta madrugada,
con cinco perdidas,
y sin intención de devolverlas.
Miro al techo como 
si tuviera escrita la respuesta.
Con la maleta hecha,
por si acaso,
el ocaso me tienta
a marcharme de esta ciudad;
pero ya han pasado varias horas,
solo me queda esperar,
a que otro llegue,
y tenga el valor
de dejarlo todo atrás.
Tras cada recuerdo una sonrisa,
pero también caen lágrimas,
porque seguramente no volverás,
y si lo hicieras, te volverías a marchar.
Dejo ya el bolígrafo en el lapicero,
que quizá no es su lugar,
pero el tuyo es aquí,
y mira dónde estás.

sábado, 25 de abril de 2015

Instantes.

No comentaría lo que me pasa
si no lo necesitara,
tú más que nadie lo sabes, folio.
Y es que ni de ti me fío ya,
pues tengo miedo de cortarme
con tus filos,
esos que tanto me han ayudado.
Quizá no hablo yo, habla mi rabia,
y te cuenta que ha perdido la cuenta
de los que me han fallado.
Estoy abatido, pues ya son más de mil disparos,
y me resulta raro, no haber caído aún.
Pero, ¿qué motivos hay ya? ¿qué me queda?
He pedido ayuda, y todos se han dado la vuelta.
Me siento cual anciano de 18 años,
solitario, y loco de psiquiátrico.
Resulta patético, más cuando has tenido tanto,
y por darlo de lado, acabas perdiéndolo.
He oído una forma de recuperarlo,
pero solo durante unos segundos,
para después caer en el sueño eterno.
Sin que nadie me impida el paso,
sin regreso,
me lanzo al paraíso instantáneo,
de mis mejores momentos,
y luego, saludo a la muerte.

domingo, 12 de abril de 2015

X.

Ángel y demonio, uno en cada hombro;
mientras pido socorro a gritos.
Uno me habla de suicidio,
tétrico pero indoloro;
otro me habla del honor,
algo que ya veo roto.
Estoy estancado en el lodo
de mis propias lágrimas.
Pero nadie siente lástima,
mi autoestima está en las últimas,
y no parece que nada vaya a cambiar.
De todas formas, a nadie le importa ya,
ni siquiera a mí. Supongo, que ya
no hay nada por lo que vivir.
Partir o partirme, he ahí la cuestión,
o quizá es la misma, no lo sé ni yo.
El tiempo ha dictado sentencia,
y también lo ha hecho la distancia,
que por si fuera poco,
no deja lugar para despedidas.
Aun así, prefiero dejar escritos en papel,
y no en la esquela de una lápida.
Seguirán abiertas mis heridas,
hasta que vengas y detengas
el sangrado que tú misma has dejado.

sábado, 11 de abril de 2015

[Espacio].

Observo el cielo, que ha dejado nubes,
en una urbe donde pájaros huyen;
vuelan, hacia lugares mejores,
llenos de flores, y vacíos de muchedumbre.
Yo también me iría, si no fuera
por las obligaciones que imponen.
Pero no queda más remedio,
que mediar entre lo malo y lo bueno.
Soy demasiado obsceno a veces,
poeta grotesco, detesto todo lo existente.
Tengo que contar que, a menudo,
cuento estrellas hasta dormirme,
porque solo en el espacio, soy libre.
Aunque últimamente la polución las cubre,
y pienso en mudarme lejos,
donde esta no exista,
pues me excita pensarlo,
porque visten a la noche.
Creo en la vida extraterrestre,
porque he llegado a sentirme en Júpiter;
tener, esa sensación de abandonar esta superficie.
Hasta que me acaricia una brisa,
que me trae de vuelta a la Tierra,
y cierra mis puertas a un lugar exterior,
que crea en mí tristeza permanente,
pero que por más que no quiera,
me ata para siempre.