jueves, 16 de junio de 2016

No queda resquicio.

Estoy triste
y sin querer saber de mí.
Nunca nos quedará París
pese a que lo prometiste.

Quizá te eche de menos
pero no queda resquicio
que nos posibilite vernos,
si solo imaginando te acaricio.

Estás tan lejos como siempre
pero a millones de años luz,
es imposible que te encuentre
tras un velo de tul.

Pues no podría afrontar
que te casaras con otro
si solo yo te supe amar
con el corazón roto.

Aunque lo acabarás haciendo
mientras yo observo nuestras fotos
y escribo poemas vestidos con atuendos
cuando la más triste nostalgia noto.

No olvides contarle a tus hijos
que te amé más que su padre
y que me llena de regocijo
el poder aún recordarte.

Quedan años para todo esto
pero sé que hasta el final
tendré el primer puesto
en lo que se refiere a amar.

Todos los poemas que tiraste
te hablarán de lo que te quise
y en los días más grises
seguro que querrás buscarme.

Seguiremos queriéndonos
pero solo en el recuerdo;
entre tanto pierdo el tiempo
escribiendo que te echo de menos.


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