martes, 31 de mayo de 2016

Constante estado de ebriedad.

Quizás me vuelva
un alcohólico,
por ser objeto
de abducción
de los fines de semana.

Solo por querer olvidar
una vida tan insana.
Buscando
que el menos por menos
dé positivo.

Aunque siempre
pierdo la guerra
con la matemática,
por ser esclavo
de la semántica.

El amor de las letras
va ligado a mi vida;
incluso incompletas
me dieron fuerzas
para seguir la partida.

En este juego de máscaras,
solo traje la liga;
todas mis mentiras
las dejé dentro de la cáscara.

Mientras las caretas van saltando
yo ya he aprendido a volar;
y llegué a volar tan alto
que solo nubes poblaron mi hogar.

Solo que el espacio se reduce
y acaba pareciendo finito;
a pesar de que la soledad me seduce
te acabo llamando a gritos.

Quiero disfrutar contigo
las alas que me cubren;
llevarte al culmen
que hemos construido.

Más allá de lo que una mente
puede llegar a imaginar,
escribir una nueva página
fuera de este lúgubre ambiente.

Cuántas veces he soñado
con compartir mi felicidad
a pesar de que sean fábulas
que solo a anhelar me han llevado.

Ni en este constante estado de ebriedad
conseguiría olvidar tu persona;
solo la ciudad toma claridad
si a ella en mi oído la nombras.

Simples farolas solo dan forma
a la sombras que nos distinguen;
las lágrimas de tus ojos colman
el vaso por el que mi alma aún vive.

Rebosante yace la copa
que bebo hasta vaciar,
si de tu corazón brotan
penas que he de secar.

Atisbo el amanecer
entre tinieblas
y mis piernas tiemblan
por no fundirme con tu ser.

Los pájaros trinan
y en solitarios páramos
mi poesía me asesina
con mi propio cálamo.


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