martes, 27 de octubre de 2015

Transformando soliloquios.

Podrás dejar de hablarme
olvidarme y pedirme
que me aleje para siempre;
pero no dejaré de escribirte.

Para bien o para mal
para recordar o para llorar
para superar lo que ya
queda tan atrás.

Un bonito final
solo encaja en una película
si nuestro amor se tornó partículas
de abrasadoras cenizas.

A bajo cero
es inviable
avivar de nuevo
el fuego.

Aunque tampoco quiero
ya no me quedo
absorto en tus ojos
ni te veo en el cielo.

Aborto la misión
de revivir recuerdos
y solo los imagino
porque todo terminó.

Ahora sientes indiferencia
y también un dolor latente
por obligar a tus latidos
a detenerse al verme.

Mataste a mi poesía
pero acabé por revivirla
solo para escribirte
lo que antes no te escribía.

Sembraste odio
en algunos de mis folios
porque tu despedida dolió
y pensé en tirar hasta el escritorio.

A veces preso del suicidio
otras transformando soliloquios
en odas frente a un espejo roto
pero recordándome que no estoy solo.


No hay comentarios:

Publicar un comentario