No sé si hacer una oda al dolor
mientras el amor se ahoga,
o arrancar cada flor
de mi jardín de amapolas.
Sería como cortar las alas
a un pájaro que no vuela
o pasarme las madrugadas
esperando a que vuelvas.
No salvaré al amor
y las flores están muertas;
el pájaro ya teme al cielo
y tú cerraste la puerta.
Tanto escribir de nada sirvió
si tus labios
dijeron adiós
presos del delirio.
Desde mi suicidio existencial
no vuelvo a ser el mismo
y caigo al abismo
cuando ya no me importa lo demás.
Y ahora que no me queda nada
solo poemas en rotas páginas
no llegas a imaginar
toda la sangre derramada.
Tampoco es culpa tuya
que me autodestruya
y tú huyas
dejando solo al lobo aullar.
Yo elegí quererte
tú a mí matarme
por llegar tarde
a salvarte.
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