viernes, 15 de julio de 2016

Mar.

Barcos varados
tesoros perdidos
amores ahogados
en el mar del olvido.

Mareas dormidas
reverberación de la luna
sirenas extinguidas
madrugadas de bruma.

Faros apagados
personas a la deriva
océanos anegados
de bocas ya sin saliva.

Azul la pena
orillas sin arena
pleamar serena
salada condena.

Islas desiertas
por delfines custodiadas
que vigilan desde las crestas
la aproximación de las borrascas.

Ríos desembocados
en el más bello entorno
los más profundos fiordos
contemplados desde acantilados.

Siempre sin fondo
dando infinitud a la zona abisal
donde si existe lo más hondo
se pueda admirar la oscuridad.

Superficie colmada de balizas
miedo a sumergirnos
vientos arrastran las cenizas
que restaurar no pudimos.

Profusión de pánicos
a alejarnos de la costa
pudiendo vivir en piélagos
alcanzando la felicidad su más alta cota.

El oleaje embravecido
tripulantes se ha llevado
por no aprender a ser marinos
en medio del océano.

Icebergs acabaron con esquifes
efervescente vida
si sabemos respirar en arrecifes
hallando una salida.

Lejos de dunas
encallados en bajíos
saluda la luna
en el ponto más frío.

Inclemencias del tiempo
en la más destructiva inmensidad
hasta recuperar el aliento
y poder llamar al mar hogar.


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