Quizá la vida no es para todos;
yo busqué a alguien que me salvase.
Todos tienen a alguien que les salva,
pero yo no he encontrado a nadie.
Si acaso unos segundos,
unos minutos,
unos días,
unas semanas.
Está muriendo el amor
y a nadie le importa.
A cada paso más dolor
y mi vida más corta.
Mis huellas se borran
mas todos me olvidan,
ya no espero a que socorran
un alma que se da por perdida.
Pensé que ser diferente
traería más cosas buenas;
algo más que tristes poemas
relacionados con la muerte.
Guardo notas de suicidio
en cada uno de mis cajones
con dedicatorias a los idilios
que jamás me traerán flores.
Que se apiaden de mí los gusanos
si yo merecí mil mariposas
que tal vez volaron de mis manos
a otros jardines con más rosas.
Mis cenizas se esparcen solas
ardo poco a poco en las calles
viendo con todo lujo de detalles
cómo se marchitan las amapolas.
Realmente la vida no es para todos,
la muerte acecha en cada esquina;
decidiste no salvarme y dejarme solo
a sangre fría, querida asesina.
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