Condenadme por asesinato,
no conozco al fallecido,
mas tenía sus pertenencias,
sus fotos, sus apellidos.
Tenía también sus latidos
y mis manos llenas de sangre
pero no conozco al fallecido.
Condenadme, eso he dicho,
sin embargo, llegáis tarde,
me he condenado yo mismo.
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