jueves, 1 de diciembre de 2016

Solo yo.

Te abrazaba como se abraza a todo
lo que sabes que acabarás perdiendo,
jamás supe abrazarte de otro modo
ni cuando el amor estaba muriendo.

Ese día en que expiró la magia,
resucitó la vieja nostalgia mía
que la melancolía me contagia,
qué lejos queda ya tu compañía.

Dos diciembres separan ya esa vida,
un punto imborrable en nuestra poesía
sin continuación, a cenizas reducida
por una razón que desconozco todavía.

El invierno no me vuelve frío
si acaso puede que añore tu calor,
lo que cae desde entonces no es rocío
son estalactitas desfilando en tu honor.

Te quería como aún te quiero
la noche más triste de diciembre,
quizá otro te quiera más pero
solo yo te quiero para siempre.


No hay comentarios:

Publicar un comentario