domingo, 28 de febrero de 2016

Por unos instantes.

A mil kilómetros por carretera
y anhelando recorrer esta,
sabiendo que tras ella me espera
el final de la tempestad.

Tus brazos como rescate
a mis gritos de socorro.
Hoy toda mi felicidad borro;
ojalá te hubiera conocido antes.

Antes de darme a las calles
y de fundirme con el asfalto.
Ojalá voláramos alto,
por encima de los mares.

Agarrados de la mano,
atados a la libertad;
queriendo despertar
en un planeta lejano.

Imaginar no es en vano
si conseguimos un ápice,
y nos convertimos en artífices
de mundos menos quemados.

Transformando nubes
en cielos despejados
y la tristeza de esta urbe
en un distante pasado.

Por unos instantes
consigo estar a tu lado,
dando por fin resultado
a lo de imaginarte.

Esperando a que las utopías
sean realidades,
y el destino no dispare
a sangre fría.


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