Cuántas veces pasaré
por este estado de soledad
haciendo montañas de granos de café
y perdiendo a la vez las ganas de soñar.
Tanta gente me quiere
y tan solo me siento
esperando trenes
que palien mi sufrimiento.
Pero ninguno viene
todos eligieron
radiantes túneles
tal vez por el miedo.
El mío siempre fue oscuro
y no procuro cambiarlo
porque exento de muros
el futuro hay que crearlo.
Rodeado de personas
los poemas toman forma
y las personas se tornan
en lápices sin goma.
Todo lo hecho jamás se borra
pero siempre perdoné
a aquel que me quiso socorrer
cuando acabé en mazmorras.
Pero mi alma ahora se ahoga
y no quedan salvavidas
si acaso solo una soga
para una persona suicida.
Esa manía de aferrarme
a cosas que no quieren quedarse
hizo que mi tren descarrilase
mucho más temprano que tarde.
No hay comentarios:
Publicar un comentario