No me preguntes por qué
te echo de menos.
Escasean las respuestas
en torno a ti.
Me invade la nostalgia
de un pasado destruido;
donde trenes descarrilan
y no hay ningún destino.
Recordar que un día lo hubo
quizá es lo que más duele;
y saber que no volveré a verte
es cuanto menos luctuoso.
Nunca más tendré tus manos
en mis reiteradas caídas;
jamás escucharé tu dulce voz
hasta quedarme dormido.
He aprendido a vivir así
pero si pudiera elegir,
volvería a tus brazos
lejos del mundanal ruido.
No me preguntes por qué
te sigo queriendo;
simplemente te quiero
como te quise ayer.
Tal y como te querré mañana,
porque te recuerdo cada día
y sin intención de olvidarte
aunque ya lo hicieras tú.
Hacía tiempo que no te escribía
y eso no significa que te haya olvidado
es solo que no leerás ninguna palabra mía
y yo despedazo mi corazón cuando lo hago.
No me preguntarás por qué
te echo de menos,
pasó nuestro tiempo
pero pese a eso aún te quiero.
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