viernes, 5 de agosto de 2016

Espinas en mis manos.

Susurran tu nombre las calles
y los árboles me dicen que te olvide.
Pero en cada uno de estos tallé
las letras de quien hoy se despide.

Escribí no por supervivencia,
escribí poemas de amor.
Ahora en honor a tu ausencia
escribo poemas de dolor.

¿Dónde quedarán los planes de futuro?,
se los llevó el viento junto al cariño;
hoy corren ríos de tonos rojo oscuro
porque con la sangre mis venas los tiño.

A sabiendas de que no leerás
ninguna palabra más que escriba,
diré que hubiera cambiado toda rima
por una vida en la que tú nunca te vas.

Ahora entiendo lo que es escribir a la nada,
porque en tu puzzle ya no encajo;
aun así sigo buscando tu mirada
en cada uno de los andenes en los que bajo.

Es posible que no vuelva a sentir mariposas,
pero que me coman los gusanos
si otra musa me vuelve a regalar rosas
para que espinas se claven en mis manos.


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