Fuiste la loca con más cordura,
yo el cuerdo con más locura;
ahora solo somos dos figuras
del cosmos donde nada cura.
El tiempo arrasa con todo
y me aventuro al imaginarte
en el pasado de tal modo
que sigamos siendo arte.
Ese de valor incalculable,
de amor incomprensible,
pero ahora culpable
de noches invencibles.
Colecciono derrotas
y notas de suicidio;
en mi jardín ya solo brotan
retazos de marchitados lirios.
Compuse un réquiem para nuestro amor,
no encontré a alguien que describiera mejor
lo que yo sentí estando contigo en mi interior
pues solo tú conservabas color a mi alrededor.
Todo acabó por desvanecerse,
tú te volviste monocromática;
yo terminé buscándote entre eses
y escribí la obra más dramática.
Me pregunto dónde estarás ahora
que mis manos añoran las tuyas
y eres musa de mi mente soñadora
que espera que mi vida reconstruyas.
A sabiendas de que no volverás
dejaré escritos tantos poemas
que el mundo acabará por pensar
que el amor jamás mereció la pena.
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