sábado, 29 de agosto de 2015

Gélido y árido.

Volqué mi reloj de arena
y se perdió entre dunas.
Dime si esto es una condena
o si me cansé de pedir ayuda.

La tregua de tu sofá
calentaba mis cafés
dónde fue a parar
lo que ya se fue.

Escribí sobre márgenes
sin seguir órdenes
pero cómo tener orden
si siempre estuve al margen.

Escritor de páginas
pintor de láminas
perdedor del ánima
todo esto entre lágrimas.

Tétrico
ascético
artístico
poético.

No importa la estructura
si el resultado es el mismo
yo solo al borde del abismo
a cientos de kilómetros de altura.

En un camino lleno de piedras
no hallo nada debajo de estas
dime dónde se encuentra
la suerte que me falta.

No me sueltes si me atrapas
ya puse trampas en los rieles
ahora ríete si el tren pasa
y en mi parada no te subes.

En mi cielo nubarrones
en el tuyo nubes;
da igual la diferencia
entre blancos y grises.

Llamé ''paraíso''
a un oasis ficticio
tal vez por el vicio
a parajes tristes.

Pero me cansé de estos
te encuentras en el norte
y yo en el sur sin verte;
como dos polos opuestos.

Hazme señales de humo
quemando mis poemas
así sabré que al menos
merecieron la pena.

Se derrite la nieve
y se acaba el fracaso
si me envuelves
entre tus brazos.

Del cálido al frío
y del frío al cálido
ocupaste mi vacío
ahora gélido y árido.

En el punto medio
que me dio remedio
me refugio en tu asedio
y adiós a mi vacío.



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