viernes, 14 de agosto de 2015

Sigo en la batalla.

Llenando huecos del corazón
vacíos y sin eco.
Conformándome con poco
recordando manos que ya no toco.

Y agarrado a estas vi al universo pequeño
como un niño al que no le interesa su peso
que solo piensa en regalos de cumpleaños
y no es preso del exceso que provocan los años.

Volviendo a aquellos tiempos
no en los que todo era campo
sino en los que campaba a mis anchas
y no existía el ansia por querer ser perfecto.

Con especial emoción los recuerdo
y no hay cuerda que dar al reloj
pues quise que se parase el tiempo
para no empezar a ser mayor.

No estoy en el Olimpo
no soy un Dios griego
antes que ser Apolo
vuelo al cielo.

El doble sentido
el cual uso y admiro
como amar y odiar
a alguien que te ha destruido.

Quizá mis escritos sean quemados
por no ser entendidos.
Pero en ese incendio
se llenará mi vacío.

Por ser diferente
por no pensar en mí mismo
por estar en el abismo
y preferir salvar a un desconocido.

Por autodestruirme y no quererme
por ser tu carne solo el viernes.
Porque el sábado mis sábanas
estarán llenas de sangre.

Tropiezo mil veces
mis piezas son tus heces.
Mis pies vuelven por el camino
que me llevó a conocerte.

Tras tirar de la cadena del retrete
volveré a las cloacas donde me viste
triste, en épocas de vacas flacas
que aún resisten por no tirar la toalla.

Sigo en la batalla
como Troya
sin caballo
hasta que me destruyan.

Por confiar en personas
que no demostraron nada
ojalá exista el karma
y les salga cara la jugada.

Que me hagan vudú
con alfileres
ya en mi iglú
va a anochecer.

Y anoche soñé que volvía a ser
aquel que resiste cada golpe
sin querer llorar
hasta el amanecer.

No hay comentarios:

Publicar un comentario