jueves, 20 de agosto de 2015

Contigo cerca.

Me persigue la rutina
se ríe de mí la luna;
un lunático en ruinas
al que sus poemas asesinan.

La fina línea que dibuja
la hoja de una cuchilla
se asemeja a la que dejan
las olas al llegar a la orilla.

Filosofando a altas horas
en la madrugada infinita
escuchando bandas sonoras
que a morir me incitan.

Me iría si no fuera por promesas
que hice a quienes ya ni se acuerdan.
Que me acusen de cobarde
pero ya se me hizo tarde.

Solo tengo alarde de torpe
haciendo honor a mi ser
busco luz donde el negro
al menos se pueda esconder.

En el camino de rosas
solo hay espinas
escupo sangre
el dolor no termina.

Muchos opinan
sin tener ni idea
su verborrea
es una mina.

Sepultaría esta
como respuesta
a lo que resta
su palabrería.

Escribiría hasta el fin
de mis días;
y si el final está cerca
deja que sonría.

Pasé página y llegué
a la contraportada
no si escribiré otro libro
ya que este no me contó nada.

Me cortó con sus filos
lo hicieron también los folios
que dejé a medias
en mi escritorio.

Se me acabó la tinta
por tonto compré otra
y por tanto seguiré escribiendo
hasta acostumbrarme a la derrota.

Te dejaré una carta
si me faltas
pega los pedazos
si está rota.

Seguiré la ruta
espera un minuto
a ver si reto
a mis grietas.

Y todo acaba con
mi tristeza muerta
mis mejillas secas
y contigo cerca.

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