Siempre seré el protagonista
de esta obra demencial
si de mentes necias
está hecha la historia.
Y en esta noria sin paradas
sé que no te subirás.
Seguiré dando vueltas
hasta encontrar mi lugar.
Quizá en una isla desierta
o en un desierto aislado
lejos de todas aquellas puertas
que acabé cerrando.
Y la llave que abría cada candado
acabará ahogada como tantos barcos
que surcaron océanos en días nublados
con un final gris y opaco.
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