miércoles, 25 de noviembre de 2015

Sigo estando beodo.

Me ahogué en charcos de alcohol
hasta perder la voz
gritando
''que le jodan al dolor''.

Tal vez me pasé con los grados
y eclipsé hasta al sol
haciendo de lo apagado
luces de neón.

Olvidando que el amor es ciego
y yo carezco de labrador.
Sin ser el guardián entre el centeno;
tirando mis sueños al vacío por amor.

Recapitulando poemas sin final
poniendo puntos
porque volver a verte
es una ínfima posibilidad.

Todos con mi firma
empapados en lágrimas
sin nada más que filmar
desde que acabó la película.

Siendo siempre el antagonista
de cada obra demencial
donde mi poesía denuncia
a cada musa que me logró conquistar.

Donde poemas quedan en el olvido
o acaban siendo quemados
por corazones helados
que puso en mi camino Cupido.

Si levantase cabeza Quevedo
y viese en lo que esto se ha convertido
lloraría por el recuerdo de lo que quedó
enterrado hace siglos.

Sigo estando beodo
y veo doble
porque para un pobre
eso es tenerlo todo.

Insistiré pidiendo auxilio
aunque sea al folio
a ver si en el exilio
no me enamoro del demonio.


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