Te he seguido
sin que me hayas oído.
Mientras yo oía tus canciones
recordando lo que fuimos.
He echado de menos tu voz
pese a escucharla a menudo
pues pasa el tiempo más veloz
oyéndote solo unos segundos.
Odiando al reloj
y también sus manijas
si la distancia todo lo manejó
y desde entonces te alejas.
No sé encontrar la manera
ni tampoco las palabras
con las que describir quisiera
la nostalgia que mi corazón guarda.
Cuando todo queda tan atrás
y la estrella sale de su órbita
para conocer otros planetas
y solo soy polvo en la nebulosa.
Tal vez descifres lo que escribo
en cualquier constelación;
como que en esta estación
nos conocimos.
Si Madrid sonríe
es por ti;
pero ojalá
estuvieras aquí.
Y en la cuerda floja
de tu guitarra me hallo
desde que me callo
y solo escribo en mis hojas.
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