martes, 3 de noviembre de 2015

Mientras los segundos pasan.

Puse la mano en el fuego
por tantas personas
que ahora me abandonan
y acabo siendo incendio.

Regalo mi vida eterna al verso
porque regalar besos no funciona.
Se vacía el vaso preso de mis excesos
y en cada texto la muerte me arrincona.

Mando al cuerno mis secretos
y os cuento todo cuanto puedo;
como que tengo miedo
al jodido minutero.

Que si me siento solo
también me siento muerto
y que detener el tiempo
es el único protocolo.

Incluso siendo recluso
de vuestra cárcel de excusas
uso de escudo recuerdos difusos
para fortificar mi ruleta rusa.

Con un corazón sin coraza
una espera sin esperanza
unos brazos que no abrazan
y unos pies que se descalzan.

Pero sin entrar en tu cama
dime entonces de qué sirve
cada noche o cada mañana
si en esta no me recibes.

Déjame percibirte
o eres otra alma abstracta
que divaga triste
y mi tiempo gasta.

Deseché mi confianza
con tanta fuerza
que nadie alcanza
a recogerla.

Y mientras los segundos pasan
siento lo que pesa la ausencia
y los trenes que se retrasan
trayendo penitencia.




No hay comentarios:

Publicar un comentario