domingo, 12 de julio de 2015

Quedan cenizas.

Echando de menos mi infancia
y a algún árbol que florecía
hoy todos son flores mustias
y sensaciones cada vez más vacías.

El paso del tiempo lo jode todo
y raudo pasó todo lo bueno.
Ni la memoria o las fotografías
me devolverán aquello que sentía.

El reloj de arena se vacía tan rápido
y es un sátiro que se ríe a mis espaldas
pues me hace narrar experiencias pasadas
dejándome frustrado y malherido.

Medito en lo que ocurrió
y no en lo que ocurrirá
pues me da más que pensar
el ayer que el mañana.

Propenso a mirar hacia atrás
como si me persiguiera algo
corro pero no puedo escapar
es imposible ponerse a salvo.

A solas a todas horas
mi mente en obras
destruyendo historias
y creando otras nuevas.

Anhelando una máquina del tiempo
para salir del infierno
volver al colegio y solo
preocuparme por hacer amigos.

Mendigo felicidad al cosmos
y con soledad me abrigo.
Sé que no escuchará mis ruegos
y que juega a su antojo.

De rojo tiñe mi mundo
y con este me fundo
convirtiendo lágrimas 
en fuego.

Quedan cenizas de aquellos días
pero ni con gasolina se prenden
aprenderé a ser fuerte 
solo si estas vuelven a encenderse.

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