porque las de ahora no me llenan;
condenando al futuro que se presenta
de tal forma que la vista se me nubla.
Viviendo una tortura que no acaba,
y cavando mi fosa por si las moscas;
y por si los gusanos me quieren devorar,
descomponiendo mi vida una vez más.
Nervioso y quedándome sin uñas,
golpeando con el puño mis ruinas,
a ver si acabo por romperlas
y veo un camino de rosas.
Pellizcándome en la mejilla,
esperando solo una pesadilla;
y alejarme de las olas,
hasta llegar a la orilla.
Llorando viendo el panorama
desolador desde mi ventana,
con ganas de un nuevo mañana,
no diecinueve años de dramas.
Esperando tu llamada
desnudo en mi cama;
mientras truena
y grito a solas.
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