domingo, 17 de mayo de 2015

Trágica música.

Suena el piano sin manos que lo toquen;
suena solo sin torpes que lo bloqueen.

Resuena una batería vieja,
sin el viejo batería que la tocaba.

Se oye alto el bajo,
sin fin de trabajo.

Canta la voz dormida,
que un día fue vida.

Es la trágica música,
que muere, pero no se olvida.

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