Desnuda la noche,
la luna se desviste
y las estrellas brillan.
Irrumpe el silencio,
se calma el viento,
y adiós tormenta.
Trepas quieren trepar hasta ella,
pero no atrapan su esencia.
No más ansia, disfruta de su presencia.
En algún momento, todos somos luciérnagas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario