Llora el bebé del vecino,
pero no es por eso mi insomnio.
La televisión ya no es un refugio,
y a los recuerdos amargos evoco.
El truco es dejar la mente en blanco,
aunque debería pensar uno para no hacerlo.
Esto me está matando, y muchos
querrían verme muerto.
Trato de aguantar los palos,
y lidio con el dolor,
pero los barbitúricos
se han acabado.
Es inútil buscar el lado bueno,
y ordeno al ejército de esperanza,
que esto se haga más ameno.
Al menos, hasta estar algo mejor.
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